Diario Gestión
14 de Setiembre 2016
Indira Navarro
El Sistema de Detracciones en el Perú afecta el flujo de caja de las empresas (entre ellas las mypes), debido al descuento que sufren sobre el precio del servicio o de la venta realizada. Afecta su liquidez porque, aun cuando las empresas tienen créditos o saldos a favor de los impuestos acumulados, solo disponen del dinero depositado en la cuenta de detracciones luego de transcurrido el plazo señalado en la norma para solicitar su liberación. Las mypes son las más afectadas.
El periodo de tiempo en el cual el dinero depositado en la cuenta de detracciones no puede ser utilizado genera menor rentabilidad. Esto se agrava aún más en aquellas que necesitan reinvertirlo como capital de trabajo. Las mypes podrían contar con este dinero para financiarse, pero no pueden disponer libremente de él porque se encuentra depositado en la cuenta de detracciones. Ello las obliga a recurrir al sistema financiero en busca de préstamos, generando un incremento en sus gastos, porque tienen que pagar intereses por dicho financiamiento. Algunos especialistas estiman que el margen de ganancia de una mype es menor al 10% por los elevados costos de operación que debe asumir. Más aún cuando las normas tributarias impiden que las mypes (a pesar de tener créditos y saldos a su favor) dispongan libremente de su reducido margen de utilidad debido. Lo insólito es que este sistema obliga a las mypes a requerir préstamos para cubrir esta falta de liquidez causada por las detracciones, pagando un 10% o más según el plazo por concepto de interés. Pero la situación se agrava más cuando se libera el monto depositado en la cuenta de detracciones, y su disponibilidad se ve reducida porque tiene que ser utilizado para el pago de intereses financieros que generan un perjuicio innecesario a las mypes. Debemos reformular el Sistema de Detracciones y convertirlo en un modelo que impulse la actividad empresarial.
Si persistimos en mantener el sistema, deberíamos revisar las tasas establecidas periódicamente, de manera que la tributación se adecue progresivamente a la realidad que hoy viven las micro y pequeñas empresas del país.
Ver la publicación completa aquí.