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Decentralized Autonomous Organizations (DAOs): ¿Un cambio de paradigma en la gobernanza de las organizaciones?

La aparición de las DAOs es una progresión natural del uso de la tecnología blockchain por parte de la sociedad. Pero, ¿qué es una DAO? Las siglas “DAO” provienen del inglés Decentralized Autonomous Organization, que quiere decir Organización Autónoma Descentralizada. Una DAO es una organización cuyos estatutos y normas se encuentran codificadas en un smart contract y las reglas programadas se registran en una blockchain, lo que brinda transparencia, inmutabilidad, autonomía y seguridad. Una DAO es una forma innovadora de organizar y hacer funcionar a las empresas porque se automatiza a través de un smart contract las funciones de los órganos de administración. En otras palabras, una DAO utiliza la tecnología blockchain para gestionar una sociedad a través de reglas o protocolos autoaplicables.

¿Cómo opera una DAO? Imaginemos que una cafetería ha optado por organizase a través de una DAO. Todo el dinero que perciba por la venta de café será gestionado de forma automática. El stock del producto se reordena de acuerdo con las reglas consignadas en el contrato inteligente. Asimismo, también se programa la limpieza del local y el pago del alquiler. Además, a medida que el negocio evoluciona, los titulares de los tokens de gobernanza pueden ejercer su voz y voto para la toma de decisiones. Una vez tomada la decisión, el código lo ejecuta. En la DAO, no hay un órgano de administración, ya que todos estos procesos fueron prescritos y ejecutados por un código. Entre más complejo el negocio, más complejas serán las reglas que rijan el smart contract. Lo constante es que el código reemplaza a los administradores y son los titulares quienes deciden de forma democrática y participativa.

Como bien se puede apreciar del ejemplo anterior, a diferencia de las estructuras societarias tradicionales, una DAO no tiene un liderazgo o una gestión centralizada. La idea principal detrás de las DAO es que la gobernanza de una sociedad funcione plenamente sin una gestión jerárquica centralizada. Este modelo busca prescindir de los órganos de administración, ya que la DAO es gobernada y gestionada por contratos inteligentes en donde se automatizan las tomas de decisiones a través de procesos democráticos y participativos. En consecuencia, los miembros aceptan el uso de contratos inteligentes para administrar, gobernar y, efectivamente, automatizar la organización.

Este tipo de organización pretende resolver el problema de agencia que existe entre los administradores y los accionistas. Los problemas de agencia se originan porque una persona u organización denominada “agente” tiene la capacidad de tomar decisiones y llevar a cabo acciones en nombre de otra denominado “principal”, pudiendo el agente desatender los intereses del principal por maximizar su propio interés. Esto se debe principalmente por las siguientes razones:

La conducta maximizadora de las partes la cual produce conflictos de intereses. Si asumimos que tanto el principal como el agente son sujetos maximizadores de su propio beneficio (individual), es posible que se produzcan situaciones donde los intereses y objetivos perseguidos por ambas partes, no necesariamente coincidan y que cada uno vele por sus propios intereses.

La asimetría en la información que favorece al agente. Generalmente es el Agente quien tiene mayor conocimiento y experiencia acerca de la actividad que realiza y el valor de las funciones y actividades que desempeña, mientras que el Principal posee un menor grado de información o le es más costoso informarse.

El hecho que los agentes no asumen la totalidad de los costos y beneficios de sus acciones.
Las DAOs justamente buscan resolver el problema de agencia puesto que no permiten el abuso o los probables riesgos en la toma de decisiones, por parte de un individuo que actúe en su propio beneficio y olvide el interés general. El agente es reemplazado por el smart contract, que en buena cuenta ejecuta un conjunto de reglas preprogramadas y coordinadas a través de un protocolo de consenso distribuido. En esencia, las DAOs eliminan o minimizan los roles de los directores y gerentes en la organización, confiando, en cambio, en reglas transparentes que se aplican a todos los miembros y participantes.

La siguiente tabla demuestra las principales diferencias entre una DAO y las estructuras societarias tradicionales:

DAO Organizaciones Tradicionales
Estructura plana y democratizada Estructura jerárquica

Para implementar cualquier decisión en la organización los miembros deben votar Dependiendo de la estructura societaria, las decisiones son tomadas por el directorio o la gerencia.
La toma de decisiones se encuentra tokenizada y depende del protocolo de consenso establecido. Las decisiones son tomadas por el directorio o la gerencia.
La votación de los miembros es continua, digital y descentralizada (sin intermediarios). La decisión de la mayoría se ejecuta automáticamente. La votación se debe realizar en una junta general, que, por lo general está sometida a ciertas formalidades. La decisión es ejecutada por los órganos de administración.
Toda la actividad es transparente, accesible y totalmente pública al quedar registrada en la blockchain. La actividad realizada por el directorio y la gerencia es privada y reservada.
Su gestión se basa en las reglas prestablecidas en los smart contracts o contratos inteligentes. Su gestión se basa en la actividad realizada por el directorio y la gerencia.

Cabe señalar que las DAOs cuentan con una serie de mecanismos que son los que garantizan su funcionamiento en todo momento:

Smart Contract: Como mencionamos anteriormente, la columna vertebral de una DAO es el smart contract, ya que en este se codifican las reglas que rigen la vida y funcionamiento de la organización. En ese sentido, para que una DAO se encuentre operativa, en primer lugar, debe definir el conjunto de normas que regirán el funcionamiento de la organización. Este primer paso está relacionado con la capacidad de programar acciones y hacer que se ejecuten automáticamente de acuerdo a unos determinados parámetros. Para ello, los desarrolladores deben comprender completamente el problema de gobernanza que están tratando de codificar para crear un contrato inteligente exitoso que sirva como base de DAO.

Protocolo de Consenso: Una vez establecidas las reglas, se debe definir cuál es el protocolo de consenso que se va a utilizar. Este mecanismo busca garantizar que las decisiones a las que se lleguen dentro de la DAO sean adoptadas por el consenso de sus partes y que ningún factor externo afecte la toma de decisiones. A modo de ejemplo en “The DAO” el proceso de toma de decisiones es el siguiente:

Mediante la creación de un smart contract, se realiza una propuesta o proyecto para que sea acometido por la DAO. La persona que realiza la propuesta, denominado contractor, debe ser titular de tokens de la DAO, además de realizar un depósito en Ether.
Una vez diseñado el smart contract y subido a la red de Ethereum, los tokens holders, actuando como nodos de la red, alcanzarán un consenso, decidiendo de ese modo qué propuestas son aprobadas y qué proyectos acomete la DAO.
En caso de aprobarse la propuesta del contractor, se procede a cerrar el bloque y unirlo a la cadena, obteniéndose por el contractor una recompensa (ya sea en tokens de la DAO o en otra criptomoneda).

Es necesario destacar que todo este proceso se hace de forma totalmente automática y descentralizada. Es decir, mediante un smart contract alojado en la propia blockchain, se produce la votación, y se ejecutan todos los automatismos necesarios, desde la obtención de la recompensa por el contractor hasta la implementación del proyecto mismo, si esto fuera posible.

Emisión y financiación a través de tokens de gobernanza: Es necesario que la DAO se financie a fin de que sea económicamente viable. Para ello, la DAO se financia a través de la emisión de tokens, los cuales permiten a sus titulares obtener derechos políticos y económicos dentro de la organización. Es decir, en una DAO los derechos de voto se obtienen mediante la adquisición del token de la DAO. Estos tokens son divisibles e intercambiables entre los distintos titulares. Por lo tanto, para la creación de una DAO es necesaria la formulación de un vehículo de inversión, ya sea en forma de Initial Token Offering, mediante el cual los inversores aporten un capital (normalmente mediante una criptomoneda como ether) a cambio de los tokens creados por la DAO. Una vez financiada la DAO, ya existirían lo que serían los socios o accionistas de la organización, o más bien los denominados tokens holders.

Estos tokens también sirven como recompensa económica por establecer propuestas. Las DAOs emplean mecanismos económicos para alinear los intereses de la organización y los de sus miembros, normalmente, a través del uso de la teoría de juegos.

Blockchain: Finalmente, cuentan con un cuarto mecanismo cuya finalidad es grabar todo lo que sucede en la DAO. Esta tarea recae en la blockchain, donde toda la información es almacenada para ser accedida de forma pública y garantizar su seguridad. La tecnología blockchain representa una cadena de bloques que se configura como una base de datos distribuida, compartida y segura. Funciona como un documento público de transacciones, donde quedan registrados todos los movimientos mediante códigos. Aquí se almacena toda la información y las transacciones que se producen dentro de la organización descentralizada.

Una vez finalizado el período de financiación y desplegado una DAO, esta se convierte en un organismo totalmente autónomo y completamente independiente de sus creadores, así como de cualquier otra persona. Son de código abierto, lo que significa que su código puede ser visto por cualquiera. Además, todas las normas y transacciones financieras se registran en la cadena de bloques. Esto hace que las DAOs sean totalmente transparentes, inmutables e incorruptibles.

Luego de haber analizado, de forma resumida, qué es una DAO y cuáles son los mecanismos de funcionamiento habituales de este tipo de organización, es necesario abordar si es que esta figura encaja con el Derecho de Sociedades peruano y cuáles serían los inconvenientes y fricciones de incorporar esta figura a nuestro ordenamiento jurídico.

En primer lugar, las DAOs no encajan en ningún tipo de organización en nuestro ordenamiento jurídico. El artículo 2° de la Ley General de Sociedades establece que toda sociedad debe adoptar alguna de las formas previstas en dicha ley. En tal sentido, si un grupo de emprendedores decidiera organizarse como una DAO para llevar a cabo su emprendimiento, existirá incertidumbre jurídica respecto a los derechos y obligaciones derivadas del establecimiento de una DAO. Cabe señalar que en el Estado de Wyoming se aprobó una norma en donde se le otorga a las DAOs la categoría de sociedades de responsabilidad limitada (LLC).

En segundo lugar, el sistema que propone implementarse mediante las DAO colisiona con las estructuras de gobierno corporativo tradicionales que se encuentran consolidadas en nuestro ordenamiento jurídico. Nuestro marco normativo busca atribuir responsabilidad tanto al directorio como a la gerencia por las decisiones tomadas y ejecutadas por los acuerdos o actos que sean contrarios a la ley, al estatuto o por los realizados con dolo o aquellos que impliquen un abuso de sus facultades o por negligencia grave. En el caso de una DAO, al no tener administradores, cabe cuestionarse quiénes serían los responsables solidarios en caso la sociedad ocasione un daño a un tercero.

Otro aspecto que no encaja es que los acuerdos deben constar en actas, las cuales se encuentran sometidas a distintas formalidades. En cambio, en una DAO estas formalidades se obvian en post de la automatización que implica la elevación de propuestas a través de smart contracts, los cuales son autoejecutables una vez adoptado un determinado consenso.

Finalmente, no podemos olvidar que una DAO es tan buena como su smart contract. Cabe señalar que la autonomía completa de un smart contract puede ser una espada de doble filo y deben tomarse recaudos a nivel de arquitectura de software que permitan modificar los outputs de un contrato inteligente en función de distintos inputs variables, o que permitan directamente eliminar el contrato de la blockchain mediante una función de “autodestrucción”. De lo contrario, la DAO no podría ser modificada y es posible imaginar casos donde tokens sean retenidos ad infinitum por un error de programación. Un contrato inteligente que retenga lo que, por alguna razón, debe ser liberado, debe poder ser eliminado.

A modo de conclusión, las denominadas DAO no tienen actualmente asidero en nuestro ordenamiento jurídico, siendo que no es posible una organización íntegramente alojada en blockchain, descentralizada y automatizada en su integridad. Sin embargo, es importante analizar estas nuevas formas de organización que surgen con las nuevas tecnologías porque cuestionan el fundamento de las instituciones tradicionales y su incorporación puede ser beneficioso para la sociedad. Además, es altamente probable que en esta década exista una “explosión” de DAOs porque muchas personas decidirán llevar a cabo sus proyectos de esta forma. Es por ello que es un asunto que amerita mucho estudio, así como mucho cuestionamiento sobre conceptos que creíamos que estaban escritos en piedra.

Alejandro Morales Cáceres – Abogado Asociado Senior y Líder del área de Derecho y Nuevas Tecnologías de TYTL Abogados

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