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La Eliminación del Check-In: ¿Un Beneficio para el Consumidor o una Amenaza a la Seguridad?

La rapidez con la que el mundo moderno avanza, impulsado por el progreso tecnológico, afecta todos los ámbitos de la vida, desde la manera en que nos comunicamos hasta la forma en que consumimos productos y servicios. En este contexto, el proyecto de ley que elimina la obligación de realizar el check-in en el transporte aéreo presenta una propuesta que busca modernizar y simplificar los trámites de los pasajeros, alineándose con las nuevas tecnologías disponibles y garantizando los derechos de los consumidores. Sin embargo, como ocurre con cualquier cambio legislativo, esta propuesta tiene tanto aspectos positivos como negativos que deben ser analizados con detenimiento.

Por ello, es necesario hacer una reflexión sobre los puntos a favor y en contra de esta propuesta de reforma, analizando sus implicaciones para los consumidores, las aerolíneas y el sistema legal en general.

Los Puntos Positivos del Proyecto de Ley

Uno de los principales beneficios del proyecto de ley radica en la simplificación del proceso de embarque para los pasajeros. En la actualidad, el proceso de check-in se ha convertido en una barrera innecesaria que obliga a los pasajeros a llegar con horas de anticipación al aeropuerto para simplemente confirmar su presencia en el vuelo. Con la integración de tecnologías como el check-in en línea, que permite a los viajeros obtener su tarjeta de embarque a través de sus dispositivos móviles o por correo electrónico, este procedimiento resulta redundante. El proyecto de ley permite que la tarjeta de embarque se entregue inmediatamente después de la compra del pasaje, evitando así una acción adicional que no aporta valor al servicio ofrecido por las aerolíneas.

El uso de la tecnología se convierte en una herramienta clave para hacer más eficiente el proceso. Con la digitalización de la tarjeta de embarque, los pasajeros pueden acceder fácilmente a su pase de abordar en su teléfono móvil, lo que reduce el consumo de papel y minimiza la posibilidad de errores humanos en el proceso de emisión. Esta es una medida favorable para el medio ambiente, ya que fomenta la digitalización y contribuye a la sostenibilidad, alineándose con la creciente tendencia hacia la reducción del uso de plásticos y otros recursos no renovables.

Además, esta reforma defiende los derechos de los consumidores al eliminar lo que algunos consideran una cláusula abusiva en los contratos de transporte aéreo. Según la Ley N° 29571, Código de Protección y Defensa del Consumidor, los pasajeros tienen derecho a ser protegidos contra prácticas comerciales coercitivas y cláusulas abusivas. La exigencia de hacer un check-in podría verse como una práctica que impone un obstáculo innecesario para los consumidores, quienes ya han proporcionado toda la información requerida en el momento de la compra del pasaje. Al eliminar esta barrera, el proyecto de ley responde a una demanda de mayor transparencia y eficiencia en los servicios públicos y privados, favoreciendo a los consumidores.

Otro aspecto positivo que se puede destacar es que elimina las restricciones impuestas por las aerolíneas. Muchas aerolíneas aún exigen que los pasajeros se presenten físicamente en los mostradores de check-in, a pesar de que toda la información necesaria ya ha sido proporcionada en línea. Este cambio podría ser especialmente beneficioso para aquellos viajeros con poco tiempo o aquellos que prefieren evitar las largas colas en los aeropuertos.

Los desafíos que pueden representar el Proyecto de Ley

A pesar de las ventajas que el proyecto de ley propone para los consumidores, también es necesario considerar los potenciales desafíos y riesgos que podrían surgir, tanto para las aerolíneas como para el sistema de transporte aéreo en general.

Uno de los principales inconvenientes del proyecto es que, al eliminar el proceso de check-in, las aerolíneas pierden un punto de control importante en la gestión de sus vuelos. El check-in no solo sirve para confirmar la presencia del pasajero, sino también para verificar que cumpla con los requisitos necesarios para abordar el avión, como la documentación adecuada (por ejemplo, pasaportes, visados, entre otros) y el cumplimiento de restricciones sanitarias o de seguridad. La eliminación de esta verificación adicional podría aumentar el riesgo de que se presenten problemas de documentación o seguridad en el aeropuerto en el momento de abordar, lo que podría generar confusión o incluso retrasos en los vuelos.

Por otro lado, esta eliminación podría generar complicaciones logísticas en los aeropuertos, ya que el proceso de check-in actualmente permite a las aerolíneas gestionar las colas de pasajeros y hacer ajustes de última hora en los vuelos. La simplificación del proceso podría traducirse en mayores retos para las aerolíneas al intentar gestionar a los pasajeros de manera eficiente y garantizar que se cumplan todos los protocolos de seguridad.

Además, el proyecto de ley plantea un riesgo de pérdida de control sobre los datos del pasajero. Al eliminar la necesidad de un check-in físico, las aerolíneas dependerían aún más de los sistemas tecnológicos para gestionar la información de los pasajeros. Esto podría exponer a los consumidores a un mayor riesgo de violaciones de privacidad o ciberataques, si no se toman las medidas adecuadas para proteger la información personal que se gestiona a través de plataformas digitales.

Otro aspecto negativo que debe ser considerado es el impacto que podría tener en las aerolíneas de bajo costo. Estas compañías suelen ser más estrictas en cuanto a los procedimientos de check-in para garantizar que sus vuelos se realicen de manera puntual y ordenada. La eliminación de esta obligación podría generar desafíos adicionales para estas aerolíneas en cuanto a la gestión de los pasajeros y las operaciones, lo que podría derivar en un aumento de los costos operativos y, en consecuencia, en un ajuste de precios.

Como se puede observar, el proyecto de ley que propone la eliminación del check-in en el transporte aéreo es, sin duda, un reflejo de la evolución tecnológica y de un cambio hacia un sistema de transporte más ágil y eficiente. La modernización de los procesos, especialmente en un sector tan crítico como el transporte aéreo, es crucial para mejorar la experiencia de los consumidores y optimizar los recursos de las aerolíneas. La propuesta permite a los pasajeros obtener su tarjeta de embarque de manera instantánea, reducir las colas en los aeropuertos y disminuir la burocracia, lo cual no dudamos que sea un paso hacia la mejora de los servicios públicos y privados.

Sin embargo, no podemos perder de vista los posibles efectos negativos que este cambio podría tener en la seguridad, la eficiencia operativa y la privacidad de los datos. El proyecto de ley debe ser revisado para garantizar que, a pesar de eliminar el check-in, no se sacrifiquen medidas de seguridad y control que son fundamentales para la buena marcha del sistema aéreo. Asimismo, debe garantizarse que las aerolíneas cuenten con los mecanismos necesarios para adaptarse a este nuevo sistema sin generar un aumento en los costos ni en los riesgos operativos.

En definitiva, aunque la eliminación del check-in es un paso hacia la modernización del transporte aéreo, la implementación de esta reforma debe ser cuidadosamente planificada y supervisada para equilibrar los derechos de los consumidores con las necesidades operativas de las aerolíneas y la seguridad pública. Solo así se logrará un sistema más eficiente, transparente y seguro para todos.

Dra. Guadalupe Montenegro Ruiz, Abogada Asociada Senior y Líder del Área de Protección al Consumidor de Torres y Torres Lara Abogados.

 

 

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