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La salud y la Educación, dos retos por los cuales todavía no estamos preparados

Primer acto: Cuando nació mi segundo hijo, noté muchos murmullos entre los médicos, veía cómo los profesionales de la salud le prestaban mayor atención a las extremidades de mi pequeño, pero nadie me decía absolutamente nada. Suelo ser muy observadora, así que empecé notar unas manitos muy abiertas, pero nada que llamase mi atención.

Próximos al alta, el pediatra que veía a mi menor sugirió sacar una cita con el médico genetista, porque notaba sus extremidades más cortas de lo normal; nunca me brindó mayor detalle ni tampoco absolvió mis consultas, la respuesta era la misma: el médico genetista podría brindarle mayor información. Demás está decirles que la angustia se apoderó de mi. Luego de muchas citas médicas y nadie que nos explicase bien lo que pasaba, nos encontramos con un doctor que nos dio un diagnóstico claro: acondroplasia.

Acto seguido, el doctor realizó las siguientes preguntas: ¿esta condición no fue alertada en las ecografías?, ¿el pediatra que estuvo en el parto no habló con usted de esta posible condición?, ¿Cómo es posible que los mismos médicos, que conocen de esta condición, no hayan podido alertarme desde un inicio y así poder estar debidamente preparada para asumir los retos que venían post al nacimiento de mi hijo y así evitarme tanta angustia y tantas muchas citas médicas? Son profesionales especializados en la materia, cualquier persona estaría agradecida con esa información (es lo que uno puede pensar).

Segundo acto: los papás de Pepito inscriben a su menor hijo al Nido, informando que Pepito solo es muy tímido, pero que todo está perfecto. Los profesores, que solo tienen la labor de educar y guiar a los menores, notan ciertas conductas en el pequeño: no responde a su nombre, no le gusta los juegos sociales y suele aletear sus manitos. Las profesoras del nido, cuya experiencia se basa en haber observado la conducta de muchos niños, junto con la capacitación en temas conductuales de los menores, trasladan las observaciones del comportamiento de Pepito a la psicóloga del colegio y deciden citar a los papás para recomendar que lo lleven con un Neuropediatra, pues desde su experiencia, podrían estar ante un posible caso de Autismo. Los papás de Pepito se indignan con esa recomendación, se enfurecen con el colegio, dicen que su niño es un niño saludable y que denunciarán al Colegio por ponerle una «etiqueta» y discriminarlo. El personal del colegio solo tenía una misión: educar y guiar, pero también sentían la responsabilidad de ayudar a los papás de Pepito y trasladarle sus observaciones para que sean guiados con un personal médico y así poder dar con un diagnóstico y posible tratamiento. ¿Qué paradógico, verdad?, de ambos casos comentados, tenemos por un lado al personal médico que pese a tener los conocimientos, no te guían de manera adecuada en la búsqueda de un diagnóstico y por otro lado, tenemos al personal educativo que pese a no ser médicos, transmiten las observaciones de las conductas de nuestros hijos para que estas puedan ser esclarecidas por el personal médico pertinente y así los papás puedan brindar una mejor calidad de vida a sus hijos. En el primer escenario, un mal diagnóstico o una atención deficiente puede ser debidamente denunciado ante Susalud; en el segundo caso, si bien un colegio no puede denunciar ante el INDECOPI la falta de responsabilidad de un padre de familia en la búsqueda del bienestar de su menor hijo, sí se recomienda dejar constancia de todas estas recomendaciones y si no se observa una mayor empatía e involucramiento de los padres de familia, pueden denunciarlos ante las autoridades correspondientes (p.e. DEMUNA) a fin de velar por la seguridad e integridad de dicho menor.

Finalmente ambos casos llaman a la siguiente reflexión: así como en el mercado no existen buenos proveedores, también se puede dar el caso que no existan buenos consumidores. Para ambos casos, siempre hay vías legales a las que se pueden recurrir.

Guadalupe Montenegro Ruíz, Abogada Asociada Senior y del área de Protección al Consumidor de Torres y Torres Lara Abogados

Fuente: Expreso 

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