El segmento juvenil registró atrasos en sus deudas con tarjetas en el 2020 a raíz de la pandemia. Tres especialistas financieros analizan las medidas para contrarrestar la morosidad.
Resumen:
En reciente informe de Equifax y Emprende UP se dio a conocer que en el 2020 hubieron 6,8 millones de deudores morosos con atrasos mayores a 30 días en el sistema financiero y comercial (deudas comerciales, de servicios, tributarias, protestos y préstamos de microfinancieras no reguladas por la SBS).
Asimismo, el estudio reveló que la morosidad en tarjetas subió más que otras modalidades de préstamos durante la pandemia. Unos 406 mil tarjetahabientes registraban atrasos en sus deudas al cierre del 2020. La mora se elevó especialmente entre los jóvenes de 18 a 24 años.
Para contrarrestar estos índices se tomaron algunas medidas como reducir las líneas de crédito, cambiar las deudas de tarjetas por préstamos personales y se cancelaron algunos plásticos. Asimismo, algunas entidades establecieron límites para compras en Internet con tarjetas de crédito.
Arturo García Villacorta, profesor de Finanzas de ESAN Graduate School of Business, comentó que definitivamente si los resultados arrojan una mayor morosidad en ese segmento, hay que tomar medidas para cortar el riesgo, y en función del comportamiento darle disponibilidad de línea, por lo menos hasta que la persona se ordene financieramente.
A su vez, dijo que el e-commerce de alguna manera facilita la compra y puede hacer que sea incluso más impulsiva. Sin embargo, aclaró que es un canal que el sistema financiero no puede obviar, al estar ligado al desarrollo de la tecnología.
Lo que sí es posible es delimitar el uso para compras por este canal. Es decir, así como se limita la línea para disposición de efectivo, y se reduce la línea al monto utilizado al cierre de un mes, también se puede limitar el monto máximo de utilización para compras online.
Por su parte, la experta financiera Fátima Villavicencio, socia senior del Estudio Muñíz, refirió que lo que está pasando es que la banca está tratando de proteger al cliente y a la propia institución.
Por otro lado, expresó, también debe protegerse el banco o al sistema, pues lo ideal es mantener una cartera lo más sana posible, a efecto de no enfrentar la obligación de tener que provisionar créditos que probablemente no se puedan pagar.
En esa misma línea, Yang Chang, docente del Posgrado en Finanzas de la Universidad de Piura, adujo que el recorte de línea es una alternativa para que la entidad financiera ajuste el riesgo de su cartera si considera que el cliente ha aumentado su nivel de riesgo.
Como consecuencia de ello, la entidad reduce la severidad del probable default. Esto se debe hacer de la mano de una evaluación de la capacidad de pago de las personas y del scoring que maneje la entidad financiera, apuntó. “Esto puede ayudar a mejorar los indicadores de mora”, finalizó.