Diario Gestión
21 de octubre 2015
Torres Morales, Miguel Ángel
Tributario
Hoy las pequeñas y micro empresas viven una paradoja donde formalización se disfraza como gran objetivo. Nada más ajeno a la realidad. Gobernantes, funcionarios y empresarios deben comprender que el objetivo es encontrar mercados para crecer y alcanzar el desarrollo. La formalización solo es una herramienta.
Cuando la formalización sea vista como un instrumento, ciertamente el acercamiento a las pequeñas y micro empresas también cambiará. Los mecanismos para aproximarse a los empresarios emergentes serán distintos. Y pondremos en evidencia los múltiples beneficios de la empresa formal: acceso a créditos, innovación, programas estatales y ayuda internacional. Pero sobre todo pondremos énfasis en algo aún inadvertido por la mayoría de informales. La sostenibilidad de sus operaciones en el mercado.
A diferencia de lo que muchos empresarios informales suponen, al evitar impuestos y otras obligaciones no generan el negocio perfecto. Para conseguir grandes clientes, las PYMES requieren una llave de acceso: SER FORMAL. No existe otra vía. Esta es la más importante oportunidad que ofrece la formalización. De lo contrario seguirán siendo sobrevivientes eternamente y no empresarios con visión de mercado.
Sorprende, por ello, que sabiendo esto, las barreras que separan a las PYMES de la formalización recaigan en la excesiva complejidad de los trámites, pensados para grandes y medianas empresas; en la ausencia de promoción desde el Estado; y en una legislación que existe de espaldas a la realidad empresarial emergente. El mejor ejemplo de ello es la tributación. Además de complicada y onerosa, no hace la indispensable diferencia entre grandes y pequeños contribuyentes.
El crecimiento de las PYMES requiere superar estos obstáculos. Pero el empresariado emergente debe entender que el punto de quiebre radica en su capacidad de encontrar mercados. Cuando una micro o pequeña empresa conoce qué, cuánto y cómo producir y a quién vender, es capaz también de hallar nuevas oportunidades. Todo empieza a estructurarse y entonces recién podemos evaluar el uso de la formalización como una herramienta para obtener beneficios. Si no encontramos mercados, simplemente estamos ciegos.
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