No es una novedad que, en lo que va lo del año, los precios de los alimentos continúan en aumento y tampoco lo es que el Gobierno se siga lavando las manos frente a ello. En efecto, durante una reciente visita a Taycaja, Huancavelica, el presidente Castillo indicó que el problema del alza se debe a la guerra entre Rusia y Ucrania, brindando como “solución” la aplicación de impuestos a las sobre ganancias de las empresas.
Lo cierto es que, si bien se requiere un análisis multidisciplinario que permita identificar posibles soluciones para el alza de precios, esto tendrá una repercusión en meses, mientras tanto, el pollo, la quinua, la papa, el arroz y el huevo continúan llegando a cifras escandalosas (este último rodeando los S/ 10.00 por kg).
El problema es tangible y afecta a todas las familias peruanas, pero, sobre todo, a aquellas que no disponen de los recursos suficientes para subsistir y que, dependen, en parte, de programas de apoyo como el vaso de leche o Qali Warma.
Como es de conocimiento, el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma tiene como finalidad principal garantizar la alimentación de más de 4 millones de estudiantes de los colegios públicos que se encuentren en estado de vulnerabilidad; esta labor la realiza mediante un procedimiento propio de contratación de proveedores que: a) brindan alimentos para que los padres cocinen desayunos – almuerzos o, b) entregan comidas listas para el consumo de los estudiantes.
¿Cuál es el problema del alza de los alimentos en este caso? Pues que los proveedores inicialmente fueron contratados considerando unos precios específicos (ello considerando que las ofertas se presentan en el último trimestre del año anterior a la ejecución del contrato). Sobre los precios del mercado se elabora una estructura de costos y son adjudicatarios; sin embargo, al incrementarse tan significativamente los alimentos, no solo su rentabilidad se ve afectada, sino que se pone en riesgo la sola adquisición de los insumos y la prestación del servicio (que es finalmente lo más grave en este caso).
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática, en el último año la inflación llegó al 6.82% teniendo un impacto directo sobre los alimentos básicos, esto ha sido expresado mediante una carta presentada por los proveedores del año 2022, dirigida al director ejecutivo de Qali Warma el 6 de abril de 2022. En la misiva, los proveedores son claros en que, de persistir el aumento, se pondría en riesgo la prestación del servicio, tanto por la escasez de alimento como por el precio, por lo que proponían modificar las canastas básicas; sin embargo, la respuesta del Director, el señor Fredy Hinojosa, lejos de ser conciliadora, se limitó a precisar que los proveedores debían ceñirse a los contratos y, de existir controversias, también existen vías para ello.
En una entrevista de junio de 2022 para RPP Noticias, Fredy Hinojosa indicó que, debido a que los procesos de contratación se realizan con antelación y teniendo como duración prevista todo el año escolar, no deberían existir afectaciones o modificaciones; sin embargo, lo que ignoró en dicha oportunidad el Sr. Hinojosa es que ello se da en un contexto en el cual no existan variaciones significativas, lo cual no es el caso.
Las declaraciones y la postura que parece sostener Qali Warma no hace más que demostrar la falta de conocimiento sobre los contratos y los sistemas previstos en los reglamentos de Qali Warma, debido a que es totalmente posible optar por modificar ciertos extremos de lo pactado entre los proveedores y el programa, siempre que existan motivos justificados y siempre que prime la finalidad superior, esto es: la atención del servicio de alimentación básica.
En efecto, de una revisión de los contratos activos que figuran en el Portal Web de Qali Warma (que contemplan cláusulas estándar para todos los casos), se aprecia el siguiente texto en los acápites de la cláusula décimo novena – modificaciones contractuales:
“19.10 El/La PROVEEDOR/A o el PNAEQW pueden solicitar al COMITÉ DE COMPRA el intercambio de alimentos, de acuerdo con lo establecido en el documento normativo aprobado por el PNAEQW, las Bases y el Contrato.
19.11 El PNAEQW, a través de la Unidad de Organización de las Prestaciones, puede autorizar de manera excepcional y/o por situaciones de emergencia o casos de fuerza mayor debidamente acreditados, la modificación de la programación del menú escolar con la finalidad de garantizar la prestación del servicio alimentario, de acuerdo con lo establecido en el “Protocolo para la Planificación del Menú Escolar del PNAEQW”.
19.12 Las partes de mutuo acuerdo, pueden realizar modificaciones al contrato que permitan alcanzar su finalidad de manera oportuna y eficiente, solo por hechos sobrevinientes a su suscripción, que califiquen como caso fortuito o fuerza mayor debidamente acreditado, previa evaluación y opinión favorable del PNAEQW. Para el caso de otras modificaciones contractuales se realiza de acuerdo a lo establecido en el documento normativo aprobado por el PNAEQW”.
Esta cláusula resulta concordante con lo previsto en el Manual del Proceso de Compras del Modelo de Cogestión para la prestación del servicio alimentario del programa nacional de alimentación escolar Qali Warma (apartado 5.6), publicado en el Portal Web de esta Entidad, inclusive y lo que resulta más irónico, es que en el propio portal web, Qali Warma tiene un documento denominado “Procedimiento para la Suscripción de Adendas a los Contratos Suscritos por los Comités de Compra”. Llegados a este punto, nos cuestionamos: ¿Entonces es un impedimento para Qali Warma variar los alimentos de la canasta básica o modificar los contratos pactados con los proveedores o la actitud responde a un mero capricho?
Elizabeth Peralta Quispe, Abogada Asociada Senior y Miembro Área Corporativa de TYTL Abogados
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